Atalaya se reestructura para seguir siendo camino de esperanza

Van a cumplirse 20 años de la fundación de la Asociación Atalaya Intercultural donde se ha recorrido una camino largo y esperanzador acompañando a 20000 personas que hemos atendido hasta el día de hoy.  Atalaya nació con mucha ilusión, con la implicación de los provinciales de las Esclavas del Sdo. Corazón, Religiosas de Mª Inmaculada, Hijas de la Caridad y Compañía de Jesús. Expresión de ello fue la firma de los Estatutos de la Asociación Cultural y social “Atalaya Intercultural”, el 3 de octubre de 2003. 

En estos años el servicio prestado ha sido grande, generoso en el creciente drama de la emigración. Atalaya ha logrado un reconocimiento grande en la ciudad de Burgos, como públicamente se ha hecho saber. Al mismo tiempo las relaciones de Atalaya con los organismos de atención a los emigrantes, ya sea públicos, ya sea eclesiales y también privados, ha sido de gran colaboración y de trabajo en red. 

A lo largo del 2022 se produjeron una serie de acontecimientos que incidieron de manera notable en la organización y funcionamiento de Atalaya. Dejaron Burgos a finales del mes de abril las Religiosas de María Inmaculada, y en septiembre las Esclavas del Sagrado Corazón. Además del respaldo institucional de estas Congregaciones, su marcha dejó al descubierto algunos servicios que se desarrollaban en sus instalaciones, destacando por su importancia y por la labor diaria que realizaba, el servicio del comedor, que ha dejado de funcionar el 14 de mayo, sin que fuera factible contar con una oferta similar, a pesar de todas las tentativas hechas. Es de agradecer la colaboración prestada por Caritas y por el comedor de San Vicente de Paul, que ha paliado la parte más urgente de atención a los que eran usuarios del comedor.  

En las sesiones tanto ordinarias como extraordinarias que la Junta Directiva celebró en el mes de mayo y junio, se fue apuntado como principio de solución a que los jesuitas asumiesen esta obra social en el conjunto del proyecto apostólico de la Compañía en Burgos, sin perder el sentido de una obra en red con otras congregaciones, con entidades laicales y con todo el sector social de la Compañía en España.

El P. Provincial de los jesuitas y el Delegado del Sector Social de la Provincia de España, dieron el visto bueno para respaldar y apoyar Atalaya de manera que esta Asociación pueda continuar, con una trayectoria renovada, en su buen quehacer y haciendo frente a una realidad migratoria que hoy pide una gestión y una profesionalización mucho mayor que cuando nació Atalaya. Eso sí, sin perder la atención y cercanía que ha caracterizado siempre a la institución. Aquí nadie es un número, cada inmigrante es un nombre, un rostro y una historia a la que nos asomamos con afecto solidario y con profundo respeto.  

Un momento significativo fue la Asamblea ordinaria, tenida el 8 de julio.  Asamblea, formada por los representantes de las Congregaciones antes aludidas que participaron en la fundación, más los salesianos, que se incorporaron en el 2013. Allí queda patente que abandonan estatutariamente, y a todos los niveles, como socios fundadores de la Asociación Atalaya las dos Congregaciones que se han ido de la Burgos: las Religiosas de María Inmaculada y las Esclavas del Sdo. Corazón. Y se comenta la posibilidad de que dejen de pertenecer estatutariamente, pero sin dejan de colaborar, las Hijas de la Caridad (socio fundador) y los Salesianos (socios de número), lo cual se confirmó a lo largo del verano. Esto es con el fin de significar un cambio en el cual es la Compañía de Jesús la que va a asumir una mayor responsabilidad y liderazgo en el cambio de Atalaya y su refundación. 

Como la reglamentación de las Asociaciones requiere un mínimo de tres personas jurídicas, y sólo quedaba una, la Compañía de Jesús, era preciso buscar, al menos, otras dos. La idea de partida era aglutinar la diversidad que significa la iglesia. Y creemos que está logrado. Junto con la Compañía de Jesús contamos con la disponibilidad de las siguientes personas jurídicas:

  • La comunidad cisterciense de San Pedro de Cardeña, que dará presencia en Atalaya a la vida religiosa contemplativa.
  • Otra será la propia CONFER, o sea, la vida religiosa apostólica. La CONFER tuvo un papel fundamental en el nacer de Atalaya.
  • Otra será una asociación laical, en concreto las CVX – Hogar. Lo aprobaron también en su Asamblea, en noviembre.
  • Y se está en trámites para que entre la Asociación de AA. AA. del Colegio de los jesuitas. Ya está aprobado por la Junta Directiva. Ahora es preciso que sea ratificado en una Asamblea extraordinaria.

Una tarea urgente es la revisión de los Estatutos de la Asociación firmado en el 2003 que a día de hoy es necesario revisar y con un organigrama interno que se actualiza, aunque es verdad que en ellos se apuntan unos fines amplios y ricos que pueden seguir teniendo vigor. Pero hay que precisar, de manera clara, que lo jurídico se corresponda con la realidad. La Coordinación Técnica la asume Fernando Millán. A esta coordinación corresponden las funciones que ha venido hasta ahora desarrollando, con gran dedicación, Jaime Burgos, que regresa a su Valladolid natal y familiar. Su marcha no será inminente, lo cual nos dará ocasión de expresarle nuestra gratitud y, a su vez, favorece la transición de funciones con el nuevo coordinador.

De estos proyectos han sido informados tanto el Sr. Arzobispo, como el Vicario de Pastoral, José Luis Lastra. De ambos hemos recibido apoyo e interés. Y también en estos meses se ha continuado hablando y manteniendo el contacto, con espíritu de colaboración, con la Fundación Red Íncola, de Valladolid, una realidad muy similar a Atalaya, de la que hemos recibido y recibimos una gran ayuda a diversos niveles. Se continuará discerniendo el modo de unir fuerzas. El futuro se ha de seguir construyendo desde una creciente interrelación con Íncola y con el Sector Social de la Provincia de España de la Compañía, convencidos de que ello nos será de gran provecho y riqueza. 

Volcamos en esta nueva etapa nuestras mejores aspiraciones, pero sobre todo hemos querido dar cauce a tanta vida que recibimos y que deseamos acompañar, proteger y fortalecer. En esta reestructuración de Atalaya se haya un compromiso de servicio y un ejercicio de esperanza.

 

 

Las personas antes que las fronteras

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